Narcosis, un nombre que resuena en las vibraciones del punk peruano, trasciende fronteras y se entrelaza con la historia contracultural de Medellín, Colombia. Este viaje musical y subterráneo comienza en la década de 1980 con una banda que desafió normas y dejó una marca inborrable.
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En setiembre del 2015, Wicho Garcia (Mar de Copas) cuenta la historia de Narcosis en una entrevista para #LaHabitación007 de Henry Spencer para su canal de Youtube, aquí te resumimos lo que dijo en aquel momento.
La historia se teje con los primeros acordes de Cachorro, Pichini, y Jorge, visionarios que se atrevieron a iniciar un viaje musical en la primera movida peruana del rock. Pero los desafíos no tardaron en llegar, desde la formación hasta el primer concierto en El Carnage, marcado por la ausencia del Chino Chao.
Pero el rumbo de Narcosis tomaría un giro único con la llegada de un ingeniero electrónico recién regresado de Bolivia. Su propuesta de estructurar canciones y producir material fue un bálsamo para la banda. Juntos, grabaron una maqueta en un proceso artesanal que capturó la esencia cruda del punk.
El cassette, nacido entre noviembre y julio, no solo se convirtió en un testimonio sonoro sino también en un fenómeno cultural. Miki González elogió la maqueta de Leusemia, y aunque el sonido no era perfecto, la autenticidad resonaba.
El «Hazlo tú mismo» se manifestó en cada capa de sonido capturada con equipos caseros. Pero la historia se interrumpe antes de explorar la distribución del material, una pausa que agrega misterio a la leyenda de Narcosis.
La maqueta de Narcosis, aunque breve en duración, fue un terremoto en Medellín. En 1986, surgió «Pum Medallo», un movimiento contracultural en medio de una época marcada por la tensión con narcos, La FARC, y corrupción gubernamental. La música de Narcosis resonó como un grito de rebeldía en un contexto adverso.
El encuentro con Andrés Echeverría en 2004 reveló que la historia de Narcosis aún vibraba en Colombia, un testimonio de cómo la música puede tejer su influencia en los momentos más críticos.
La historia de Narcosis no termina con su disolución en 1985. Da paso a un nuevo capítulo con la transición de Wicho García y Jorge Madueño a Mar de Copas. La entrevista con Wicho revela tensiones internas, separaciones temporales y, finalmente, la convergencia en un nuevo proyecto musical.
Mar de Copas no solo fue un nuevo comienzo, sino también una continuación de la influencia de Narcosis. El nombre propuesto por Wicho durante la grabación del primer disco encapsula la esencia de un grupo que dejó un legado y cambió la narrativa del rock peruano.
Finalmente, Narcosis es más que una banda de punk peruano; es un fenómeno que desencadenó movimientos culturales. Su maqueta, como un eco distorsionado en el tiempo, resonó en Medellín y dejó una marca en la historia del rock. La transición a Mar de Copas representa la evolución natural de una influencia perdurable en la trayectoria de Wicho García y Jorge Madueño.
