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The Beatles: 50 años del disco que no pegó en el Perú

Redacción Rockzilla.pe

Es abrumador cuando te dicen que estás frente al mejor disco de todos los tiempos. Sin embargo, la historia del Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band −octavo álbum de estudio de The Beatles− no siempre estuvo marcada por los elogios. Por lo menos en el Perú, donde el elepé no fue muy bien recibido cuando se lanzó por primera vez en setiembre de 1967. El cambio brusco de estilo y de sonido, respecto a los primeros hits que provocaron la beatlemanía, desanimó a los primeros compradores peruanos y a los posibles oyentes del álbum, que hoy cumple 50 años entre nosotros.

El preámbulo
A inicios de 1967, la disquera nacional Iempsa −que tenía el catálogo de la banda británica y lo editaba bajo el sello Odeon− lanzó el sencillo “Campo de Fresas Eternos”, que no era otra cosa que el single “Strawberry Fields Forever” con un título traducido a la usanza de la época. Como lado B, al igual que en el Reino Unido, incluyó a la canción “Penny Lane”.

Juan José Rodríguez, historiador e investigador de la discografía beatle en el Perú, comenta: «Ese sencillo es el preámbulo peruano del Sgt. Pepper, aunque parece que no impactó mucho en la audiencia. Por lo que he podido indagar [en los catálogos de Iempsa] solo tuvo dos versiones de producción, lo que indicaría que se editaron, como máximo, unos 10 mil ejemplares de ese disco. Muy lejos de las 50 mil copias a las que llegaron singles iniciales como “She Loves You”».

(Foto: Sótano Beat y Hugo Lévano)

El problema, agrega Rodríguez, es que en aquella época se clasificaba a la música teniendo en cuenta cómo se bailaba. En esa línea, el incipiente rock and roll era catalogado en muchas ocasiones como twist, surf o, en el caso de los temas más psicodélicos o alejados de las guitarras, como ritmo enfermedad. «La transición musical de The Beatles, que se inició con los discos Rubber Soul y Revolver, afectó la venta de sus elepés en nuestro país. Porque, ¿cómo se iban a bailar canciones como “Eleanor Rigby”, “Tomorrow Never Knows” o el propio Sgt. Pepper?», concluye.

Aparece la tropa
Setiembre de 1967. Tres meses después de que apareciera en las vitrinas musicales de Londres, el Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band salió al mercado limeño. Regularmente, los lanzamientos procedentes del Reino Unido se retrasaban algunas semanas en Latinoamérica; por ejemplo, en Chile, este disco fue publicado cuatro meses después de que se editara en Inglaterra, es decir, en el mes de octubre.

Más allá de las fechas, en el país vecino la recepción del álbum no fue positiva. De acuerdo a un interesante artículo del portal Culto, ninguna de las canciones incluidas en el Sgt. Pepper, como “Lucy in the Sky with Diamonds” o “When I’m Sixty Four”, alcanzó alguna vez las listas de éxitos musicales que circulaban en Santiago. Una tendencia comercial que también se registró en el Perú.

El disc jockey radial Walter Gonzáles Tello, en su libro “Música Escondida: archivo de los rankings musicales del Perú, 1948-2000″, muestra que ninguna canción del Sgt. Pepper logró colarse en las listas locales de 1967. El único tema de The Beatles que alcanzó el top ten en aquel año fue el sencillo “All You Need is Love / Yellow Submarine”, como se aprecia en el siguiente ranking:

  1. Los Doltons – “El Último Beso”
  2. Rocío Dúrcal y Enrique Guzmán – “Acompáñame”
  3. Lulu – “To Sir With Love”
  4. Armando Manzanero – “Adoro / Mía / Felicidad”
  5. Raphael – “Mi Gran Noche / Hablemos del Amor / Ave María”
  6. Los Zañartu – “Mi Perú”
  7. Compay Quinto – “El Diablo”
  8. Rulli Rendo – “Pagarás / Que te Mate un Tren”
  9. The Beatles – “All You Need is Love / Yellow Submarine”
  10. Salvatore Adamo – “Porque Yo Quiero / Ella… Anda / La Noche”

La primera edición
Teniendo en cuenta la desalentadora experiencia de ventas del sencillo “Campo de Fresas Eternos”, Iempsa editó el disco con un tiraje aproximado de diez mil ejemplares (cinco mil en estéreo y otras cinco mil en monoaural). Así lo deduce Juan José Rodríguez, quien cuenta con ambas ediciones iniciales y que ha estudiado el método de producción de la mencionada disquera nacional. Aunque, por supuesto, estas cifras son solo aproximaciones a la realidad.

Así, el primer Sgt. Pepper peruano no salió con todos sus detalles originales: era un sobre de folcote simple, que no incluía la funda de papel con motivos psicodélicos del lanzamiento británico, ni el cut-out (imagen con piezas para armar) de la edición norteamericana. Asimismo, en la parte trasera del elepé, donde se leían las letras de las canciones, tampoco se incluyó la curiosa fotografía de la banda, que mostraba a Paul McCartney dándole la espalda a la cámara.

(Foto: María Pía Arriola)

«Fue una edición muy sencilla. Me imagino que se hizo así para abaratar costos por el alto riesgo que significaba sacar el Sgt. Pepper en ese momento. Además, la mayoría de compradores y fanáticos de la banda podía hacerse de una copia importada. Lo que sí se debe rescatar es que Iempsa haya tenido las agallas de lanzarlo en versión estéreo y mono, aunque esta última se tuvo que regalar a las radios locales debido a que casi nadie la compraba», indica Rodríguez.

Sin exposición mediática
La prensa local tampoco hizo mucho eco del disco. Hugo Lévano, miembro del colectivo de historia musical Sótano Beat y editor del libro “Días Felices”, señala que, tras investigar en las publicaciones de 1967, no ha encontrado ningún artículo periodístico o aviso publicitario relacionado con el lanzamiento del Sgt. Pepper en el Perú, lo que «resultaba extraño porque The Beatles tenían una amplia cobertura mediática» en aquella época.

Lévano considera que este hecho es clave para entender el débil impacto que tuvo este disco en la juventud peruana: «Es raro porque los álbumes previos, incluido el sencillo “Campo de Fresas Eternos”, fueron promocionados con avisos en los diarios. De alguna manera, la ausencia del Sgt. Pepper en la prensa local puede responder al baldazo de agua fría que representó su nuevo sonido para los seguidores iniciales de la banda, quienes añoraban el look beat y el estilo musical de los primeros hits de la agrupación».

(Foto Archivo Histórico: El Comercio. / Óscar García)

Una de las pocas referencias al disco que se ha encontrado en los periódicos de la época está fechada en la quincena de junio de 1967, a solo dos semanas de haberse lanzado en Inglaterra. En el suplemento El Dominical del diario El Comercio salió publicado un artículo titulado “Canción prohibida”, el cual daba cuenta de la censura promovida por la BBC de Londres y por varias radioemisoras de Estados Unidos hacia una de las nuevas canciones de la banda: “A Day in the Life”, el track que cierra el Sgt. Pepper.

Lo que llama la atención es que el redactor de la nota periodística señalaba que la actitud tomada por los censores le parecía «todo un acierto». «Pero Los Beatles con mucho desparpajo convocaron a una rueda de prensa con tal motivo. Y en ella se presentaron con estas estrafalarias vestimentas», escribió el anónimo periodista. El artículo estaba acompañado de una fotografía de los Fab Four, quienes lucían unas prendas de un estilo muy diferente al que impusieron durante la beatlemanía.

Reediciones locales
Entre 1971 y 1972, Iempsa reeditó la discografía de The Beatles, seguramente aprovechando la coyuntura de la separación de la banda y el impulso en las ventas que esta podría significar. En ese lanzamiento, la disquera nacional publicó una edición del Sgt. Pepper mucho más cuidada en comparación a la de 1967, con un acabado plastificado y con una diferencia que hoy deleita a muchos coleccionistas: la contraportada del álbum no se imprimió en color rojo, sino en color blanco. Pese a ello, según Rodríguez, esta primera reedición tuvo una seria deficiencia en la calidad del vinilo, el cual era bastante delgado y no tenía mucho gramaje, por lo que carecía de un buen sonido.

Años después, hacia 1978, se produjo una segunda reedición de este elepé, la cual se caracterizó por su ínfima calidad. Esto se evidenció en el uso de un sobre folcote que se desgastaba al poco tiempo y en la elaboración de un vinilo que contaba con un gramaje muy inferior (Rodríguez ha calculado que el disco solo pesaba 50 gramos. Para mayor referencia, se puede considerar un vinilo de alta fidelidad aquel que está por encima de los 180 gramos). Paralelamente, el Sgt. Pepper también fue editado en formato cassette.

(Foto: María Pía Arriola)

La última vez que se fabricó un Sgt. Pepper en el Perú fue en 1986. El catálogo de The Beatles había sido asumido por Discos Hispanos, empresa que lanzó parte de la discografía de los británicos en ediciones idénticas a las originales, gracias a las gestiones de Gerardo Manuel. En esa oportunidad, el álbum fue publicado en versión gatefold (sobre de dos cuerpos) y con los insertos que fueron omitidos en décadas pasadas. Lamentablemente, tras el surgimiento del terrorismo y debido al desastre económico fomentado por el gobierno de Alan García, la industria discográfica nacional se sumió en una grave crisis, que la obligó a parar su producción hacia los años noventa. Nunca más se volvió a producir este álbum en nuestro país.

A la peruana
Con el paso de los años, ya es innegable la trascendencia y el impacto que ha tenido el Sgt. Pepper en el desarrollo de la música popular contemporánea. De allí que, en el año 2002, la revista Rolling Stone encumbrara al disco en el número uno de todos los tiempos. Inmejorable lugar en un podio que ha provocado opiniones de todo tipo.

El único acuerdo al que se ha llegado sobre este álbum es que siempre será un referente musical, algo que en el Perú nunca se ha tomado a la ligera: por ejemplo, un importante bar de Barranco y epicentro de la escena local lleva su nombre (peruanizado, por supuesto); la última edición de la recordada revista Caleta presentó en su portada un collage muy peruano que parodiaba la portada del disco; y en el 2007, con ocasión del aniversario número 40 del elepé, un grupo de músicos nacionales se juntó para grabar un tributo titulado Zona Pepper’s 103 Club Band. Y la lista de homenajes en nuestro país continúa.

Tampoco se puede dejar de mencionar la influencia que tuvo este disco sobre distintas generaciones de rockeros locales. Porque el consenso sobre cuál es el mejor álbum de la historia no se puede lograr enumerando discos, pero quizás sí coleccionando recuerdos y vivencias propias. Y vaya que la banda de los corazones solitarios está presente en la memoria de los peruanos. Que el Sgt. Pepper nos dure cincuenta años más.

(El Comercio: Tercer Parlante / Fernando Alayo Orbegozo)

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